Pacientes Empoderados
Gran parte de nuestro éxito en la mejora de la salud en las zonas rurales de Guatemala depende de nuestros pacientes.
Ofrecemos información, atención médica, recursos y apoyo, pero, en última instancia, nuestros pacientes crean las condiciones para un cambio duradero.
Doña María es un ejemplo inspirador de cómo ocurre esta transformación. En el momento de su cuarto embarazo a los 31 años, Doña María, una campesina de un pueblo en las afueras de Tecpán, vivía con miedo de su esposo. Varios años antes, tuvo que enviar a su primer hijo, que concibió con una ex pareja, al cuidado de un familiar por la preocupación de la seguridad del niño.
Debido a que Doña María tuvo un parto por cesárea con su último hijo poco más de un año antes, los trabajadores del puesto de salud local le aconsejaron buscar atención médica para abordar los posibles riesgos. Ella se mostró reacia a hacerlo, temiendo que provocaría a su esposo, a quien no le gustaba que ella se fuera de casa. Trabajando a través de una partera, nuestros navegadores de atención se comunicaron repetidamente hasta que el esposo de Doña María accedió a permitirle recibir nuestras llamadas. Eventualmente, trabajando con nuestro equipo, pudo ver a un médico y programar un parto por cesárea.
Más adelante en el embarazo, desarrolló dolor en una de sus piernas y signos de parto prematuro. Durante varias horas, nuestro equipo intentó convencer al esposo de Doña María para que le permitiera buscar atención en un hospital, pero él se resistió. Temprano a la mañana siguiente, Doña María, quien continuaba con dolores, salió a escondidas de su casa y se encontró con uno de nuestros navegantes en el hospital. Comunicándose a través de la navegante, quien tradujo del español al idioma Kaqchiquel de Doña María, la ginecóloga indicó que Doña María debía ser internada para detener el trabajo de parto ya que apenas tenía 27 semanas de gestación. Ella temía que su esposo no estuviera de acuerdo con el tratamiento.
Después de varios intentos fallidos de contactar a su esposo, nuestro navegador se acercó a la suegra de Doña María, quien aprobó la hospitalización y accedió a hablar con su hijo. Doña María informó que la situación con su esposo había mejorado cuando regresó a casa.
Un par de meses después, Doña María entro en parto antes de lo programado. Gracias a sus experiencias anteriores, comprendió que era importante obtener ayuda independientemente de cómo pudiera responder su esposo. Cuando un médico sugirió que la internaran para tratarse una infección, doña María volvió a preocuparse por la reacción de su esposo. Pero esta vez, el esposo dijo que apoyaba el tratamiento y aceptó cuidar a los niños en casa mientras ella no estaba. Llorando lágrimas de alivio, accedió a quedarse.
Tres semanas después, Doña María dio a luz por cesárea a un niño de 6 libras y 4 onzas. Hoy, está enormemente agradecida por su nuevo bebé saludable y por el apoyo y la atención que ahora recibe de su esposo. Ella le da crédito a su trabajo con nuestro equipo por enseñarle el valor de su propia vida.